Hace casi un año que vivo en DF, y duermo en el estado de Méx., Adaptarme fue más fácil de lo que creí, ahora soy uno más de los millones que vienen a aprender de esta ciudad, unos van, unos vienen, desafortunados crean fortuna, así como afortunados resultan chamaqueados, que podría esperar de la urbe más grande del planeta tierra, donde los terrícolas se vuelven locos día a día.
Basta con observar un semáforo que se pone en verde, escuchar los motores de los taxis ecológicos (Bochos), para ver el inicio de una carrera formula 2OO6, y en esa misma esquina solo tienes que girar 180 grados para entonces encontrar el concurso: ¨ Haber quien come más rápido ¨, en la taquería, afuera del metro, llena de ejecutivos entacuchados con 15 minutos para entrar a trabajar, y por si fuera poco en esa misma esquina, hay un lugar que ocupan los vendedores y solo puedes patinarlo los domingos.
Aun así, con todo ese ritmo citadino, la gente que patina en el DF, es paciente, constante y lo más importante, siempre hay ganas de patinar, sobretodo los domingos cuando parece que la ciudad esta dormida, para patinar esta perfecta, con las imperfecciones que todos conocemos; (hoyos, baches, piso de empedrado, etc.), pero así es el estilo y aquí nos toca patinar, ahí están los spots , esperando.
En esta gran urbe con resacas de arquitectura sesentera, todo se vive con mayor intensidad y si vienes en misión monopatín, lo mejor es no planear mucho porque nunca sabes con que sorpresas vas a encontrarte. Tan solo pensar que son millones de ideas las que se mueven a diario, ¡algo tiene que suceder!, cosas pasan en el Chilango!!
Texto y Foto: D. Melo
Publicado el: 02-10-2006